Después
de mi último encuentro con la que fue mi gran amor, Telesfora, volví a
encontrármela en el mismo lugar donde me dejó, en el bar “el Reencuentro”. Aunque
debería pensar que la casualidad no existe y que no estamos predestinados, sin
embargo y en vista de los resultados yo
diría que “el Desencuentro” hubiera sido
el mejor lugar donde dar por zanjada una historia de amor incomprendido ¡Qué
gran vuelco tomaron nuestras vidas con la decisión de Telesfora! Quien me iba a
decir a mí el gran giro que tomaría mi existencia y el enorme desconsuelo que
aún me persigue.
Mi
musa, mi pasión, mi gran amor que tantos y tantos poemas me inspiraron, cambió
de tal manera que era irreconocible, cuando la vi en el bar no la conocía, era
un ser extraño para mí, se había convertido en un “Transformers” ¡Había cambiado de personalidad y de sexo! Este
cambio lo justificaba porque estaba cansada de sufrir todo tipo de vejaciones. Su
teoría era que por haber nacido mujer, esta condición le marcó toda su vida
desde que tuvo uso de razón. Ella decía que desde que nace una niña la
naturaleza las marcaba con unas singularidades, atributos que no eran comunes a los hombres,
por ejemplo les “regalaba” un periodo menstrual mensual como la sangre, roja y aborrecible
y muy incómodas, pero lo más importante ¡El gran milagro de la vida! la “maternidad”,
que la ensalzaban los hombres, monjes y borrachos, “una historia muy bonita”. ¡Claro
que ellos no tenían que montarse en un burro para parir!
Sin
embargo, y a pesar de todo, yo comprendía a Telesfora porque la vida para una
mujer en este mundo tan injusto y cruel es muy dura y aquel día que me explicó por
qué había cambiado de sexo me convenció y me inundó una gran compasión. Me puse
en su lugar y con gran amor me estremeció su historia y su cambio de vida.
Aunque, por otra parte, es cierto que fue uno de los episodios más tristes de
mi existencia, no solo por el abandono personal de perder, de una forma tan
cruel, el amor de mi vida, sino porque me sentía además culpable por ser un
hombre y que yo hubiera contribuido responsablemente a que hubiera tomado una
decisión tan dolorosa.
Pasaron
varios meses de nuestro encuentro y l@ volví a ver en el mismo bar donde nos
despedimos y que yo creí que esa sería la última vez que nos veríamos. Su
aspecto físico había cambiado mucho, tenía un pequeño bigote y parecía más
bajo, como si se hubiera encogido. Un pequeño sombrero le cubría la cabeza y una
gabardina que le tapaba su cuerpo lo hacía aún más diminuto. Al verme cambió su
semblante y me sonrió, nos saludamos con un fuerte apretón de manos y aunque al
principio nos sentíamos muy turbados conectamos enseguida. Le pregunté cómo le
iba y me dijo que estaba enfrascado en la política, ocupaba el cargo de Director
de una Comisión de la Coordinación Mixta de “mujeres y hombres y viceversa”.
Le
pregunté qué hacía metido en política y en esa comisión tan extraña. Me lo
explicó con un lenguaje que no me enteré de nada por lo que le volví a repetir
la pregunta. Mira Pepe ni yo mismo lo sé, no lo entiendo, pero todo esto me lo
ha enseñado un compañero, “naturalmente”, que dicen que es el más listo de la
agrupación, su teoría es que cuanto menos entiendan el lenguaje la gente, los
que nos votan, mejor, así no te preguntarán nada y dirán que eres muy
inteligente y cuando uno quiera acordar te nombran para la ejecutiva del
partido.
¡Pues
vaya cambio que has hecho! ¿Qué opinión te merecen los políticos? Mira en
general denotan que sus hemisferios cerebrales no están muy bien interconectados,
especialmente en los hombres, sin embargo, las mujeres están haciendo una labor
de zapa, de perforación muy interesante y esperando a que llegue su oportunidad
¿Me estás diciendo que las mujeres son
más inteligentes que los hombres? La respuesta correcta es que los hombres pueden conducir mejor una bicicleta,
pero las mujeres son capaces de realizar más tareas al mismo tiempo, aunque
esto ya se investigó en la Universidad de Pensilvania. Las diferencias
del cerebro entre los hombres y las mujeres demuestran que los cambios se
producen y aparecen a partir de la adolescencia. El cerebro femenino tiene más conexiones entre las neuronas de los dos
hemisferios (el derecho y el izquierdo) y esto les permite realizar mejor varias tareas a la vez, ya conocerás
que las mujeres, especialmente las madres están más preparadas para hacer
muchas tareas al mismo tiempo, además de tener una memoria superior y
una mayor inteligencia social para encontrar más y mejores soluciones
para la familia y el grupo. Parece que la mujer está más preparada que el
hombre para determinadas funciones. Pero para que no se molesten los del “sexo
fuerte” te diré que los hombres son
brillantes en algunas tareas y las mujeres en otras.
¡Tienes cojones Telesfor@! No daba crédito a lo que estaba oyendo, mi
reacción fue malhumorada. Pero tú Telesfor@ ¿Desde cuándo conoces todo esto? Me
has destrozado la vida y ahora vienes con esta historia. Mira Pepito, lo
primero es que no tengo cojones y ahora ni los quiero, he tenido que cambiarme
de sexo para conocer toda esta información, hasta ahora oculta por los hombres para
prevenir una rebelión de las mujeres. He tenido que volverme “tonto” para darme
cuenta de que soy más lista de lo que yo creía, lo que pasa es que esta
sociedad nos tenía anestesiadas. Pero ¡Esto se acabó! Ya, ya veo Telesfor@ que
has necesitado muy poco tiempo para hacer un Doctorado y un Máster y te
pregunto ¿Por qué tanto sufrimiento? Yo te quería y tenía muchas expectativas
contigo y ahora ¿Qué?
Pues aunque no me creas, durante todo este tiempo, he pensado mucho en
ti, continuamente y, te estaba comparando con mis compañeros de partido, tengo
que decirte y debes de saber que ninguno de ellos alcanzó ni la décima parte de
la inteligencia que tú tienes, además de ser muy divertido y abierto a todos
los cambios que se nos avecinan. Hombre, ¡Muchas gracias! Por qué eres hombre
¿Verdad? Bueno, si en la forma pero técnicamente no. Y esto ¿Qué quiere decir
“técnicamente”? Pues que tengo cierta saturación de hormonas masculinas pero
que desaparecerán cuando deje de tomar esta medicación. ¡Si ya decía yo! que no
es bueno ir tanto al médico y menos aún tomar tantas medicinas.
Querido, ¿Cómo quieres que te llame? Amigo, compañero, mi viejo amor..
¿Tú que prefieres? Pues con esa pinta que llevas y ese bigotito tan ridículo
llámame mejor, amigo, aunque me gustaría recordar tu imagen como el amor que
tuve y no pude. Mira mi amor ¡Nunca digas nunca jamás! yo creo que no existen
las casualidades y que uno viene predeterminado a compartir experiencias que
están esperando ahí fuera para que nosotros las cojamos, pero ¡Ojo! No podemos
equivocarnos porque el tren sólo pasa una vez. Pues en tu caso Telesfor@ pasó
una Locomotora diésel y vaya si la cogiste. Sí, pero me está esperando otra
menos pesada y que me hará más feliz.