sábado, 8 de marzo de 2014

LA MIRADA AZUL


Pero, a ti ¿Quién te ha enseñado a sonreír? que cada vez que miro tu cara se ilumina y mi alma se desploma, se arruga, se empequeñece. Me siento como un pequeño mono de feria que reproduce gestos y caricias que me enseñaron en la jaula de este zoo de las apariencias.

¡Qué luz y que verdad! ¡Que sueño tan real! Tu sonrisa, tu mirada, mi mirada aturdida, emocionada. Derrumbe de los cascotes del edificio de la mentira, tan ancestral como la inmanencia de la vida.

¿De dónde vienes? ¿Qué verdad encierra tu sonrisa? ¿De dónde nace esta sabiduría sin palabras? Cuéntame, cual es “la esencia de la existencia”. Ayúdame a reflexionar sobre la situación espiritual del hombre, del verdadero objetivo, de la esencia de la vida.  Estoy preparado, soy un ateo religioso y espero el silencio del Buddha. Pero esto no tiene nada que ver con la religión ni con cualquier tipo de dogmas. ¿Por qué nos contaminamos con el paso del tiempo? El contagio es la sordera y la ceguera ¿Será el velo del olvido?

Tengo que bucear en tus ojos azules, en ese mar de la esperanza, ahí está el secreto tan codiciado de la felicidad y que tantos y tantos hombres hemos despreciado a lo largo de los tiempos. No hay que rebuscar palabras para redimir la experiencia. El Buddha está en silencio, es el silencio del Buddha. Tan simple y tan complicado como esto ¿Es tan difícil de entender?

Desde que eras una pequeña cápsula de 21 milímetros ya guardabas el código del genoma de la vida. Este es tu mensaje para que todos los que estamos a tu alrededor seamos felices a tu lado. Cuanto tiempo tiene que pasar para que el mayor descubrimiento de la ciencia se desvele a los ojos ofuscados de la frustración y la avaricia. Caminamos muy acelerados, una reducción de la marcha nos vendría muy bien, pero ¡Hay que hacerlo ahora! No podemos esperar mucho tiempo.

Cada pulso, cada paso, cada inhalación de oxígeno son el reloj del tiempo, un tiempo que camina en el espacio, en el nuestro, no en el del pasado, tampoco el del futuro que aún no existe y que nadie nos garantiza que vaya  a llegar. Cada segundo de la vida es el milagro, hay que vivirlo, aprovecharlo intensamente, silenciosamente, observando unas cuencas, no vacías, sino llenas de vida. ¡Este es tu secreto! Lo he comprendido, me ha costado muchos años, casi tantos como vivir una vida para comprenderlo, pero, ¡Al fin, lo he entendido! Ha valido la pena esperar tanto tiempo.

Tu mirada en silencio me  revuelve por dentro, sobran las palabras. Tampoco ayuda la reflexión y sí la sensación del gozo de vivir, simplemente de sentirte vivo y en conexión con la fuerza de la vida que nos rodea. Esta es una Energía Global que te atraviesa y te calma, te ayuda y te consuela. Solo tenemos que “Sentir”, con todos nuestros sentidos despiertos y atentos. Esta es una experiencia única que solo existe aquí, ahora mismo.

Y en este momento que ya no estoy, te escribo para que recuerdes que el pasado no existe, solo vivo en tu pensamiento que es una forma de vivir en tu presente. Levanta tus ojos azules y mira a otros ojos que despierten en ti las sensaciones que tú provocaste en mí. Somos afortunados, hay que vivir la experiencia con alegría, piensa que eres un ser único, agraciado y que estamos en este mundo para ser felices ¡La felicidad está dentro de ti! Disfruta y goza con pasión, esta es la esencia de la existencia, es una experiencia única que solo existe aquí, ahora mismo ¡Vale la pena!