jueves, 12 de septiembre de 2013

UN “CERO” A LA IZQUIERDA


A veces tengo la sensación de que somos espectadores pasivos de una realidad que no es nuestra y que nos supera, aunque no lo hago con especial referencia a mi persona, que también. Son muchas las circunstancias que no comprendemos y por ende no controlamos. Hemos aprendido, a lo largo del tiempo, que estamos ante una “indefensión aprendida” permanente y que no encontramos una acción que pudiera sacarnos de esta situación.

La sociedad “líquida” que define Zygmunt Bauman nos enfrenta a una sociedad cada vez más compleja y esta complejidad está movilizando las “viejas” estructuras de la sociedad que parecen asentarse sobre “arenas movedizas”. La destrucción de los antiguos modelos que nos daban seguridad están provocando una incertidumbre tan grande que está neutralizando  la acción ciudadana.

Vivimos un cambio social radical y múltiple que es tan rápido que no nos da tiempo a digerir toda la información que nos facilita la sociedad de redes, combinándose la rapidez de los acontecimientos con la enorme información que nos llega a tiempo real.

Sin embargo, ante todos estos cambios, sí percibimos que son muchas las fuerzas que nos sitúan a los ciudadanos en una posición donde nos califican con un “cero” en aplicación y derechos, además a la “izquierda” y resalto “a  la izquierda” porque muchos de estos peligros y recortes sociales conquistados tras décadas de lucha, vienen precisamente de la derecha. Y estos “listillos” aprovechan el desconcierto general para hacer de las suyas.

Los mercados, los poderes financieros, la banca, no son humanos, es decir, sus objetivos no son para aumentar la felicidad bruta nacional (FBN) o la felicidad bruta interna (FBI). Estos indicadores no son tenidos en cuenta por el clásico producto interior bruto (PIB) y que han sido la reivindicación de la gente desde hace muchos años, pero la ilusión de alcanzarlos se está transformando en un espejismo y parece desvanecerse por las cloacas de las cuentas de resultados.

Así que, pensándolo mejor, el cero os lo damos a vosotros, a nuestros queridos “apóstoles” que no hacen otra cosa que pensar en nosotros. Hay que levantar el ánimo y cantar de cerca y gritar alto que hacen falta equipajes en la gente. Tenemos que recuperar nuestro abrigo que nos proteja del frío antes de que nos dejen en pelotas. Ah! Y estamos muy a gusto donde estamos, en la izquierda.

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