Ya sabemos que nos habéis arruinado
y arrebatado nuestra dignidad, que no podemos sentirnos orgullosos de nuestras raíces,
que fuimos engendrados por un monstruo sin escrúpulos, que tenemos el estigma
del esclavo, cautivo de la libertad secuestrada, que no tenemos un espacio de
humanidad para nuestra propia familia, que somos el combustible de este mundo
bárbaro y sanguinario y que os servimos de alimento para vuestro propio sustento.
¿Hasta cuándo seguiremos
aplastados por nuestras desgracias? ¿Hasta cuanto aguantaremos? Desde el
comienzo de los tiempos, nos habéis dicho que este era nuestro destino y que,
según vuestros apóstoles, era por designio divino. No nos importan los trabajos forzosos, ni el
hambre que padecemos, ni la angustia de ver a nuestros hijos con la boca
abierta arrastrándola por el fango, lo que nos duele, lo que nos aflige, es
vuestra vehemencia indiferente hacia el dolor. Un mundo sin compasión no vale
la pena. No a los salvavidas que prolonguen el sufrimiento.
Este es el momento para actuar,
¡Revelémonos! El monstruo es implacable, cruel, inclemente, resentido, no
parece agotarse nunca, cada vez nos debilita más. La desvalorización del
trabajo, la devaluación de la política, el desprecio al ser humano, los valores
del capital sobre la conciencia, la supervivencia del más fuerte o el más rico,
la desmotivación y la desconfianza, la competitividad fratricida, la
sustracción de los valores más vitales como es la salud, los escreening o exámenes en salud, la
rehabilitación, el copago, la medicina y los cuidados para los ricos y para
pobres, los pensionistas que tendrán que pedir perdón, todos los días, por ser los
“parásitos” de la sociedad, los albergues, los comedores de caridad para
comprar el cielo y la eternidad con el dinero “robado” de estos “sepulcros blanqueados” ¡Abajo la
caridad y arriba la justicia social! No creo que este sea el mejor mundo para
almas sensibles ¡Quién quiera lujos que se los page! ¡Cada cual tiene lo que se merece! ¡Joderos! Pero, pongamos el punto y aparte
¡Hay que luchar! No podemos caminar hacia un mundo donde la solidaridad se
considere una debilidad y un defecto social, así este mundo no vale la pena, es
inmoral ¡No a un mundo sin alma! ¡No a un Euro Vegas Social!
Nosotros, los desheredados, no renunciamos
a que nos arrebaten los únicos anclajes de humanización que nos unen a este
mundo, no somos indignos ni hemos abandonado a nuestra familia, son ellos los
que nos han dejado desamparados y no por voluntad propia. Si tuviéramos que
buscar un culpable, sería el causante y no el sujeto doliente, que con toda
seguridad es una víctima (¿victim blaming?).
Sois vosotros los desheredados del amor, bastardos del odio y del
aborrecimiento, pendencieros de una felicidad corrompida, esclavos de una
supervivencia de opulencia, vacios y sucios de cualquier sentimiento de
humanidad los que estáis emponzoñando este mundo.
Vuestra Oración:
“Bienaventurados los pordioseros
e indigentes porque verán en televisión el reino de los opulentos”
“Bienaventurados los dóciles, los sumisos, porque poseerán un trozo de tierra
para el descanso eterno” “Bienaventurados los tristes, porque ellos serán
consolados cuando encuentren un trabajo Abfall”
“Bienaventurados los bondadosos y los que tienen hambre y sed de justicia
porque ellos verán a dios” “Bienaventurados los pacíficos y los que sufren
persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos, si son
buenos” “Bienaventurados los desheredados del mundo porque de ellos será el
reino del olvido”
Mi Oración. El Padre Nuestro:
Padre Nuestro, de todos
nosotros, de los pobres, de los sin techo, de los marginados y de los
desprotegidos, de los desheredados y de los dueños de la miseria, de los que te
siguen y de los que en ti ya no creemos. Baja de los cielos, pues aquí está el
infierno. Baja de tu trono, pues aquí hay guerras, hambre, injusticias. No hace
falta que seas uno y trino, con uno sólo que tenga ganas de ayudar, nos
bastaría ¿Cuál es tu reino? ¿El Vaticano? ¿La banca? ¿La alta política? Nuestro
reino es Nigeria, Etiopía, Colombia…. El pan nuestro de cada día son las
violaciones, la violencia de género, la pederastia, las dictaduras…. En la tentación
caigo a diario, no hay mañana en la que no esté tentado de crear a un Dios
humilde, a un Dios justo. Un Dios que esté en la tierra, en los valles, los
ríos, un Dios que viva en la lluvia, que viaje a través del viento y acaricie
nuestra Alma. Un Dios de los tristes. Un Dios más humano...Un Dios que no
castigue, que enseñe. Un Dios que no amenace, que proteja. Que si me caigo, me
levante, que si me pierdo, me tienda su mano. Un Dios que si yerro no me culpe y
que si dudo me entienda. Pues para eso me dotó de inteligencia, para dudar de
todo. Padre Nuestro, de todos nosotros, ¿por qué nos has olvidado? Padre Nuestro,
ciego, sordo y desocupado, ¿por qué nos has abandonado? El Salmo de los
Desheredados (El Dios de los Tristes). Mägo de hoz
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