Aunque nuestra mirada
distraída y de reojo se ocupe, de vez en cuando, de otros acontecimientos tan diferentes
de la actualidad cotidiana, que es tan tozuda y tan cruel, voy a olvidarme por
un momento de esta cruda realidad. Sin embargo, no podemos dejar de lado lo mal
que ha empezado este año 2015 con el brutal atentado de Paris. Tampoco podemos
ignorar la situación de un mundo global que, cada día que pasa, está modificando
la visión de un planeta cada vez más interconectado y complejo.
A lo largo de la
historia de la humanidad el “hombre” ha sido capaz de llevar a cabo las atrocidades
más crueles e imaginables, pero también de las más sublimes y ennoblecidas de
un ser humano capaz de crear la “música” más bella.
Estoy convencido de que
hay razones para estar contentos y confiar en una sociedad cada vez más reflexiva y consciente de su propio
destino. Estamos viviendo una nueva etapa que cambiará el paradigma de un
presente que ya es pasado. ¡Abramos los ojos porque el mundo que conocemos va a
cambiar drásticamente! Y esto ¿Por qué?
A pesar de los efectos
perversos de la Fármaco Industria llegará pronto el día en que se inventen las “píldoras
de la felicidad”, como es una “píldora para no olvidar”; también nos sorprenderá las células madre que
hagan ver a los ciegos o la “piedra filosofal”, es decir como favorecer la
recuperación de una sustancia vital para la salud humana como es la mielina, un
material
aislante en forma de envoltorio como en un cable eléctrico que recubre todas
las células nerviosas en el cerebro y en la médula espinal facilitando la
transmisión de los impulsos nerviosos, hablamos del “vellocino de oro”.
En un estudio reciente
llevado a cabo en EEUU se ha comprobado que injertar células madre en la retina
no causa rechazo y pueden revertir daños incurables. Se está ampliando el
espectro de la “madre de todas las batallas”, las “células madre”. Dentro de
unos años enfermedades como el alzhéimer, la diabetes o los infartos pasarán a ser
historia aunque siempre habrá otras nuevas que las sustituyan. Muchas de ellas
vendrán de la mano del hombre por el exceso de la contaminación del agua, aire
y suelo. Un ejemplo es la Presa de Aulencia en el Parque de Guadarrama, donde
hay más 300.000 metros cúbicos de lodos
contaminados con metales, hidrocarburos o materia orgánica.
Por lo tanto, el ser humano es capaz
de curar “milagrosamente” enfermedades como las de la retina, que han sido
incurables hasta hace poco tiempo y que son la causa más frecuente de ceguera
entre jóvenes y adultos. Es evidente que hacer ver a un ciego es un gran avance
médico y social. El problema es que la ceguera afecta a unos 40 millones de
personas y que, probablemente, no se podrán beneficiar todos ellos de un
tratamiento tan importante como la recuperación de la vista -faltará dinero
para todos (?)-. Y no hablamos de Ciencia Ficción, son las investigaciones que demuestran
resultados espectaculares publicados en una de las revistas médicas más
prestigiosas del mundo The Lancet en
una revisión de los tres últimos años.
Es paradójico cómo somos capaces de hacer ver a los ciegos y
sin embargo, por otra parte, como estamos tan
ciegos a la hora de llenar el planeta de un cieno tóxico que podría volver a
dejarnos enfermos y nuevamente ciegos.
Otro de los problemas que
sobrevienen con el paso del tiempo es la dificultad que tienen los “ratones de
la memoria” para guardar y recuperar la información. Hablamos de la pérdida de
la memoria y no hay que confundirla con la enfermedad de Alzheimer aunque sea
muy importante. La falta de memoria es una patología que está alrededor del
hipocampo del cerebro (región donde se forman los recuerdos). Parece que todo
se debe a la falta de una proteína, la RbAp48 abundante en el hipocampo de
personas jóvenes, pero que se vuelve cada vez más escasa a medida que se
envejece, sin embargo, cuando se restaura la actividad de esta molécula en
cerebros ancianos, se recupera la capacidad de memoria propia de adultos
jóvenes, otro “vellocino de oro” ¿Una nueva píldora de la felicidad para no
perder la memoria?
¡Una píldora para “no olvidar”! Aunque no sé si
el olvido nos protege de la memoria, a veces hay recuerdos que deben quedar
dormidos pero sin memoria caeríamos en lo más profundo de la inexistencia, una devastadora
pérdida de la memoria es un profundo pozo
negro. Por lo tanto, estamos ante un hecho extraordinario y tampoco es ciencia
ficción, es una realidad que abre un gran número de expectativas nuevas
que mejoraría la calidad de vida de la sociedad. Eric Kandel, premio Nobel de
la Universidad de Columbia en EEUU, ha publicado en la revista Science Traslacional Medicine que tras esa pérdida de memoria asociada a
la edad existe una deficiencia de la proteína RbAp48. El déficit de memoria asociada al
envejecimiento es reversible. Pero, ¿A cuantas personas habría
que tratar con esta nueva píldora? Pues, prácticamente al cien por cien de la población
y para los “mercaderes de la vida” no habría dinero suficiente en el sistema
sanitario que pudiera soportarlo. De nuevo el dinero, siempre hay un ejército de “fuerzas especiales” que se
encarga de “echarnos sal en la mollera”.
Pero, a pesar de esto, no debemos olvidar que el descubrimiento del
posicionamiento en el cerebro supone "un cambio de paradigma" para
entender cómo un grupo de células especializadas se encargan de tareas
cognitivas complejas y que "abre una vía" para entender la memoria, el
pensamiento y nuestra capacidad de planear una
vida más satisfactoria.
Sin embargo, somos conscientes de que en los grandes avances de la ciencia,
la economía no está predispuesta a tirar muchas salvas de fuegos artificiales si
no obtienen pingües beneficios económicos. Pero cuando este esfuerzo recae en
el Estado su respuesta es siempre la misma ¡NO HAY DINERO! Aunque en ello le
vaya la vida al enfermo, sirva de ejemplo el espectáculo lamentable del fármaco
Sovaldi para tratar
la hepatitis C.
Acabo como empecé, pero sin compasión para los mercaderes de la economía. Hay
que dar un giro radical. LA ECONOMÍA DEBE ESTAR SIEMPRE AL SERVICIO DEL
CIUDADANO, nunca al revés.
Esperemos que ese GPS que tenemos todos en el hipocampo, desarrolle la
actividad de cientos de neuronas para los “padres de la patria”. Que les ayude
a desentrañar su mapa cognitivo oculto y encuentren el camino adecuado para ayudar
al resto de la humanidad, que somos la inmensa mayoría de la gente.
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