jueves, 29 de agosto de 2013
A MI QUERIDA EUDAIMONIA
Según Aristóteles,
El fin o bien último que persigue el hombre
Es la
eudaimonía o sea, felicidad,
Entendida como
plenitud de ser.
Mi querida Eudaimonia, aunque me gustaría llamarte
Bast, que es menos feo y más corto, especialmente porque, representa a una diosa
de la mitología egipcia que, simboliza la alegría de vivir y cuya deidad es la
armonía y la felicidad.
Querida Bast, estás llegando al final de tu viaje y
pronto cambiarás de domicilio dejando tu
paraíso particular. Estos últimos meses, has vivido rodeada de un gran manantial
de vida, de una cascada de flores y de amor termal que te ha acompañado desde
que eras, apenas, una cápsula de 21 milímetros. ¿Recuerdas el cuento que te
cantaba? “Goodnight, sweetheart”.
El
21
de febrero del año 2013 de nuestra era, yo te hablaba de los secretos del amor
y tú estabas en tus asuntos, indiferente en el interior de tu nautilus.
Te decía que aprovecharas la noche porque era tan bella como el día, aunque con
una luz distinta. Te animaba a que no tuvieras miedo, porque el temor y el desasosiego
están dentro de nosotros mismos y es irreal. Recuerdo que la luz de las
estrellas adornaban tu cuerpo diminuto y los rayos plateados te abrazaban con mucha
paz y amor. Te propuse que, si tú querías, yo podría acompañarte en un viaje
por las estrellas, a la deriva, sin rumbo fijo, dejándonos llevar con el único
dictado del amor y la felicidad. Pero teníamos que estar prevenidos, porque los sueños eran muy
codiciados por los enemigos de la utopía ¡Había que dejarlos ocultos, en paz, para
que no te los roben!
Cuando llegues a
puerto y ascienda a la superficie tu nautilus, no te asustes del ruido, de la
luz, de tantas caras “feas” que hay en el mundo y acércate a los tuyos, pronto
los distinguirás, son caras amables, llenas de ternura y sorpresa, comprobarás
muy pronto que sus voces te son familiares, incluso una muy particular y que te
hará mucha gracia ya que, en vez de hablar como los demás, exhala y emite unos
graznidos en forma de “pedorretas”. Lo pasarás muy bien con su compañía. Esta será tu “familia”, lo más importante que vas a
tener en este mundo, te protegerán y tú también los cuidarás a ellos.
Cuando llegues a la luz, tu destino, debes estar muy
tranquila, las estrellas te protegerán. Tienes mucha suerte de hacer este viaje, eres un ser muy especial porque has conseguido un
regalo que no todos lo tienen. Vamos a disfrutar juntos, a vivir intensamente
en un mundo que, aunque está manchado de brea, nosotros nos cuidaremos de
evitarla. Además, no olvides que tu designio está bajo el influjo de tu propio
ser, tú serás la dueña de tu propio destino y la sabiduría te acompañará toda
tu vida. Unas de las virtudes más importantes que traes heredada de las mujeres
que te han acompañado son la inteligencia, la alegría y el placer por vivir. En
tu código está el secreto para alcanzar la felicidad. Tú eres Eudaimonia. Te
sobrarán otras distracciones que te desvíen de tu camino, que es la razón, el saber
elegir. No dudes, lo conseguirás. La sabiduría estará en conocer lo que
realmente es importante, todo lo demás es impermanente.
Necesitamos alcanzar el sueño de lo imposible,
hay que recuperar todos los ecos de las alegrías perdidas. Querida Eudaimonia tú
eres la “felicidad”, el principio y el fin, el bien último que perseguimos. ¡No permitas que nadie te robe un sueño!
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Que bonitas palabras. Todas ellas las comparto contigo. Un abrazo.
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