domingo, 30 de junio de 2013

NUNCA OLVIDES AL NIÑO QUE LLEVAS DENTRO DE TI

Después de un corte de pelo para el verano, me despedí de mi amigo Toy y quedamos para la próxima visita. Al salir de la peluquería me paré en medio de la calle y, aunque tenía que volver a casa, giré en sentido contrario hacia la derecha, baje caminando lentamente hasta llegar al número 32 de la c/ Moral. Durante unos instantes estuve observando el viejo zaguán del portal. Sin pensarlo dos veces entré y subí las escaleras, me aproximé a la puerta del piso primero y coloqué mi oreja para comprobar si se oía algún ruido en la casa. En ese momento la puerta se abrió y apareció una señora morena vestida de negro y de mediana edad, que al verme tan cerca se asustó y me preguntó quién era. Perdone señora, estaba comprobando la dirección para darles una carta, viene dirigida a D. José…, Sí, sí, ese es mi marido, ¿De qué se trata? Pues, no lo sé, solo soy el cartero.

Pude comprobar que detrás de la señora estaba escondido un niño pequeño. ¡Hola! ¿Cómo te llamas? Me llamo Pepito. Ya eres muy mayor ¿no? Pues no, soy un niño y solo tengo diez  años, usted sí que es mayor, yo no. Que niño más gracioso. Su madre le recriminó severamente y le dijo que se fuera al comedor. Perdone Vd. al niño es que es muy travieso. No se preocupe yo también fui niño y creo que me parezco mucho a él. Porqué dice eso si no nos conoce de nada. Más de lo que Vd. se imagina señora, aunque no lo crea soy un familiar muy lejano. ¿Cómo de lejano? ¿Conoce a su familia Aljaima de Guadix? Yo, no, bueno recuerdo que mi prima hermana Angelitas me hablaba que tenía un familiar en Guadix, pero aparte de esto nada más. Pues de ahí vengo yo, de los Aljaimas, ¿Por qué Vd. se llama así, verdad? Pues sí, sabe mucho de mí y yo no sé nada de Vd. De pronto, se oyó un graznido y apareció otro niño más mayor, gordito y con cara de malas pulgas que me amenazó para que me fuera de su casa. Uf, que mal genio tiene este. Bueno, es “diferente” a sus hermanos.


Yo he tenido más relación con su hermana Carmela. ¿Con mi hermana? Pero bueno, Vd. ¿Quién es? Ya se lo he dicho, soy un familiar lejano, pero lejano en el tiempo. ¡Anda! ¿Qué quiere decir? Pues que ustedes me conocen aunque todavía no lo saben, y es verdad que yo les conozco bien, incluido a su marido que está sentado en el comedor. El piso era tan pequeño que a través de la puerta se veía toda la casa. Después de esta observación, la señora se puso muy nerviosa, me pidió la carta y me cerró la puerta de un portazo. Bajé las escaleras mientras pensaba en la cara que pondrían cuando leyeran la misiva.


No estaría a más de 50 metros cuando noté que el niño que estaba en la casa, paseaba a mi lado. Oiga mire, he oído la conversación con mi madre y quería preguntarle que si Vd. es de nuestra familia ¿Por qué lo han echado de mi casa? Porque nos da miedo afrontar el futuro aunque, a veces, este se confunda con el pasado y vuelva en algunas ocasiones. No lo entiendo pero, quiero que sepa Vd., que me cae muy bien. Gracias, tú a mí también, sabes, eres un niño muy observador y no tienes nada de tonto. Además, aunque no lo parezca, yo también soy un niño como tú, que siempre está conmigo, y a veces, sin saber cómo, sale de mí y aquí nos instalamos los dos. ¿Qué quiere decir? Pues que yo soy tú y tú estás en mí, lo único que nos diferencia es el tiempo. ¿Cómo? Entonces, cuando yo sea viejo ¿Seré como Vd.? Bueno, no soy tan mayor, pero quiero que sepas que, con esfuerzo, podrás conseguir todo lo que te propongas en la vida ¿Qué quieres ser de mayor? No lo sé, no creo que estemos predestinados, yo no seré lo que dios quiera, sino lo que más me guste, a lo mejor médico.  Pues mira es muy importante que seas coherente con lo que piensas, es decir, utiliza tu cabeza, como eres muy observador de todo lo que rodea, te ayudará a elegir el camino que tú quieras, es verdad que las cosas no se producen porque sí. Además, ya te das cuenta que por decir lo que piensas y ser sincero a la gente no le gusta, prefieren que le mientas y escuchar lo que ellos quieren oír, tú  sigue así y no cambies. Otra cosa, también te das cuenta que tus bromas no les caen a todos muy bien, por ejemplo a tu padre que es muy serio, pero sigue con tu cachondeo, aunque te dé muchos disgustos, no cambies, la vida hay que tomarla con alegría y optimismo, así serás más feliz, es lo que realmente vale la pena. Parece Vd. maestro, pero me gusta lo que me dice es la primera vez que alguien me habla como si fuera una persona mayor y lo mejor es que lo he comprendido todo, pues nada, espero que nos veamos  otra vez. No lo sabes tú muy bien, nos veremos más de una vez, tú no me olvides que yo no lo voy hacer tampoco, seguiremos hablando. Adiós señor y muchas gracias.
 
Así fue este encuentro y lo he recordado muchas veces. Siempre me he mantenido firme y no lo he dejado nunca ir, incluso ahora, aunque me cueste más de un disgusto. Seguimos teniendo la misma sintonía, a los dos nos gustan los trenes, el futbol, los viajes, la lectura, disfrutamos sentándonos en un tranco de la calle para observar el paisaje y, sobre todo, a la gente que pasa a nuestro lado, jugamos a descubrir a que se dedican, si son personas con mal carácter o, por el contrario, son cariñosas, ¡La cara de la gente es un libro abierto! En fin, siempre tengo presente la mirada de mi pequeño amigo que espero no me abandone nunca.

El matrimonio se quedó solo en casa y la señora, aún sorprendida, le dijo a su marido que el cartero era muy raro. Pues, ¡No me ha dicho que es familia de la prima Angelitas y que conoce a mi hermana Carmela!, pero, ¿Quién es? Esta persona no me gusta y tampoco su actitud, me ha dicho que lo conocemos, pero que aún no lo sabemos, ¡Será imbécil! Con un gran nerviosismo abrió la carta y rompió parte de la cuartilla. Empezó a leer y un escalofrío le recorrió todo su cuerpo. Mira Pepe, esta carta es muy rara, habla de una serie de cosas que no entiendo nada, anda míralo tú a  ver si te enteras. No comprendo lo que pone. ¡Anda dámela!, vamos a ver:
Me dirijo a ustedes, a los dos y espero que perdonen mi atrevimiento, mi nombre es lo de menos porque lo más importante es que a través de ciertas pautas que les indico, pretendo ayudarles para los próximos años. Sepan que conozco bien  a sus tres hijos, el menor será el más cariñoso de todos, espero que sepan tratarlo con amor porque él también les dará mucho. Respecto al mayor, es el más difícil de tratar, va a crecer con muchos complejos que le marcarán  toda su vida mientras viva, no se dejen dominar por él, también merece una atención especial el del medio, el más pesado por sus bromas, les pondrá a prueba muchas veces, paciencia, mucha paciencia. También quiero decirle a Vd. D. José que no tenga miedo, su pasado no le va a crear más problemas de los necesarios y vivirá una vida muy larga, llegará a cumplir los noventa años. ¡Hala! Esto me interesa, este tío o es muy tonto o muy listo. Que sus miedos no le  influya en la crianza de sus hijos. El del medio es muy inocente y no tengan en cuenta el día que le regalará a su hermano mayor unas bellotas, no se enfaden porque no irá con segundas intenciones. Tampoco le pondrá cristales en sus zapatos. No tiene mala  intención, solo le gusta divertirse. ¡Ah! y Vd. D. José,  no jure tanto que le hace daño.
De esta forma fueron leyendo, poco a poco, toda una serie de acontecimientos que aún no habían pasado. La carta conocía muchos detalles de sus vidas y fueron analizándolos puntualmente, aunque, cada vez se ponían más nerviosos. En un momento de la lectura, el padre arrugó y rompió la carta jurando en arameo ¡Baja Pedro! En ese momento recordó el juramento y lo irritó aún más. ¡Esto es una broma muy pesada!
Si conociéramos el final de cada historia, aunque sí la conocemos porque es igual para todos, podríamos tener una nueva oportunidad. Nunca podemos olvidar que una vida larga puede ser una bendición o un calvario. Las bromas, el humor y el amor son necesarios para vivir.

“Sonreír, reír, bromear, jugar, acariciar,  abrazar, es también resistir”


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